domingo, 14 de junio de 2015

FRANCHUTEANDO N+2/36: MIS YANKCOMPIES

     Yo les llamo así con amor... no sé si a ellos les sentaría fatal saberlo o si se sentirían ofendidos. Llamarles americanos es como llamarme a mí europea... pues sí, soy europea... no vamos a decir que no, pero soy espanis, igual que ellos son estadounidenses, pero es que esto es muy largo... norteamericanos también, y tampoco es justo ni exacto...
     Total.. que mis yankcompis tienen sus cosas curiosas y sorprendentes, algunas son lo peor pero otras son encantadoras, la mayoría son simplemente "curiosas". Empecemos por las más negativas.
    Casi todos rondan los 20 años, sí, son unos niños, pero me alucina lo poco intrépidos que son. Supongo que es cosa de la educación sobreprotectora (comparada con mi generación y no digamos ya con la de mis padres) que han recibido, pero la verdad es que son muy, muy parados, muy miedicas vamos... Los primeros días apenas se atrevían a coger solos el autobús, y la gran mayoría ni siquiera se ha aventurado a cambiar de cantina en la universidad y van directos al sitio que nos enseñaron el primer día. 
     Ninguno, absolutamente ninguno de ellos, fuma. Encuentran terrible el hecho mismo de fumar y un atropello inaceptable a su integridad física que alguien fume a menos de 3 o 4 metros de ellos. Están en contra de que se permita fumar en los jardines del campus y en la terraza exterior del restaurante. Si ven a alguien sacar un paquete de tabaco y llevarse un pitillo a la boca le miran con cara de incredulidad y estupefacción, como si estuviera cometiendo un crimen. Y se sienten profundamente ofendidos porque consideran (esto me lo contaron) que nadie tiene derecho a estropearles la salud...acto seguido meten la cuchara en su postre hiperazucarado, ése por el que pagan suplemento porque no quieren comer fruta, y se quedan tan anchos... Y no digo que no tengan razón, claro...esto es elección suya, pero no deja de sorprenderme que crean ciegamente que el humo de un cigarro ajeno les está matando  más que las cantidades ingentes de azúcar que consumen al día. Me hace la misma gracia que los de la comida bio que con el café con leche de soja se encienden un piti... 
Y ojo, que no es que esté yo en desacuerdo con las medidas antitabaco, pero me sorprende esa criminalización  y ese rechazo tan fuerte que tienen inculcado.
      El tema del alcohol va de otro modo, están profundamente cohibidos pero, sin embargo, les encanta beber, todos lo desean secretamente, aunque sólo los más "gamberros" se atreven a confesarlo mientras que los otros lo ocultan celosamente como si el tema no fuera con ellos. Como beber no forma parte de su cultura de la misma manera que en Francia o en España, se agarran unas cogorzas bastante lamentables en ocasiones, y su conducta, cuando se ponen piripis, da bastante vergüenza ajena (más de la normal, me refiero...). Hacen cosas como pedir un mojito para cenar o tomarse unos tequilas antes del postre. No son nada preventivos con el tema de la graduación, pasan de la ginebra a la cerveza y de la cerveza al vino como si nada, mezclan cualquier tipo de alcohol y muchas veces beben en vacío, sin haber hecho ningún "fondo" previo en el estómago. Pero hay cosas incluso peores, ayer una compi se pidió a media tarde un "chocolate chaude", que viene a ser un colacao, al mismo tiempo que una cerveza oscura... después de haberse bebido, hora y poco antes, tres tazas de vino caliente y un cognac... sin comentarios. 
     Otra de las cosas que me ha llamado mucho la atención es que no saben utilizar los cubiertos, no digo ya la paleta de pescado, sino simplemente el cuchillo y el tenedor. Hicimos una salida a un restaurante y nos pusieron una pechuga de pollo... ni una chuleta, ni un rodaballo, ni unas cigalas al horno, una simple pechuga de pollo. Pues no sabían cortarla al mismo tiempo que sujetaban el tenedor y llevárselo a la boca. Muchos cogían el tenedor en el puño, como los niños, y lo trinchaban en todo el trozo e iban cortándolo en partes, otros intentaban hacerlo bien pero cortaban por detrás del tenedor, raspaban el plato... un desastre. Me quedé sorprendida... porque algunos incluso se ayudaban de los dedos para colocar el arroz sobre el tenedor. 
     Otro día, sin embargo, fuimos a un italiano y comían la pizza con los cubiertos... lo cual me hizo bastante gracia. 
     Pero mis yankcompis tienen también muuuuuchas cosas buenas, la mayoría de hecho, porque lo que destaca de ellos es que son súper majos, buenicos con un punto de inocencia incluso. 
     Les encanta ver a parejas mayores cogidas de la mano...esto me dejó muy sorprendida, y me dijeron que incluso las contaban, porque estaban encantados de ver tantas todos los días. Me contaron que, donde viven, es muy poco común, que raramente una pareja llega junta más allá de los cincuenta. La gran mayoría de ellos tiene padres separados, nuevos padres, madres y hermanos, e incluso, y esto es lo más fuerte, no creen que sus padres, aquéllos que aún viven con ambos, vayan a envejecer juntos, porque saben que muchas parejas se separan cuando los hijos tienen cierta edad y se independizan... Sonreían y se miraban cada vez que pasaba una pareja mayor, y me lo señalaban arqueando las cejas para que yo también me diera cuenta. Me pareció algo muy tierno y muy bonito, aunque también muy triste....
     Además andan un poco perdidos con eso de la edad, quizá es simplemente por lo jóvenes que son... pero se creían que yo les sacaba 5 o 6 años, 10 a lo sumo, me dijo una, yendo ya muuuuy lejos. Me moría de la risa... 
     Todo mi vestuario les parece lo más chic del mundo, esto ya me pasó cuando viví en Missouri y me sigue haciendo la misma gracia. Todos los días me echan piropos sobre mi estilismo y mi melena larga y castaña. 
     Quizá no sean una parte muy representativa de su país, porque es cierto que son un grupo "selecto" de valientes que han cruzado el charco y que tienen el interés suficiente en la vieja Europa como para haber cursado estudios de francés en sus años universitarios, pero me parece que, desde luego "mis" yankcompis, son chicos críticos y bastante abiertos. Hablan muy duramente de las políticas de su país, se mofan de la farsa del sueño americano y les avergüenza no tener un sistema público de salud o un acceso justo e igualitario a la educación. 
     Aunque coman como niños de 6 años y tengan algunos tabúes que yo encuentro tontorrones, me hacen sentir cierta esperanza sobre el futuro. 

sábado, 13 de junio de 2015

FRANCHUTEANDO N+1/36: EL ESTAND ESPAÑÑÑÑOL

     Una de mis visitas obligadísimas cuando voy a otro país es el hipermercado. Siempre voy a los mercados locales, a los mercadillos, a los mercados medianos tipo barrio pero también, cómo no, a un hipermercado. Y ahí, después de entretenerme con todo lo que me parece curioso o, simplemente, novedoso, me voy a la sección internacional en busca del estand español para flipar un poco y echarme unas risas... es muy divertido y muy elocuente porque dice mucho de cómo nos ven a los españoles en otros lugares y de qué recuerdan o qué les gusta más de nosotros. 
      Entre espárragos de cualquier sitio menos de tudela (aunque éstos en España ya brillan más bien por su ausencia), alubias, garbanzos, lentejas, pimientos del piquillo y turrón, me encontré con varias marcas de palmito...
    Y me quedé todo loca... ¿come palmito el español medio? Es más... ¿sabe la mayoría de la población española qué diantres es el palmito y de dónde viene?
     Anda que no compro yo botes y tarros de la marca Celorrio, pero juro por Tintín que nunca en mi vida había visto troncos de palmito de esta marca... De hecho sólo he comido palmito un par de veces en mi vida, porque una amiga brasileña me dijo que era muy rico en la ensalada y lo compré para probar. 
     Y qué decir de unas madalenas rellenas de de chocolate... ¿alguien come esto en España con asiduidad? A ver... yo como madalenas típicas pues pondría la bella Easo, o alguna bollería mítica de Martinez o, incluso, unas Conchas Codan, pero... ¿madalenas de cacao "Heras"? Primera vez en mi vida que las veo... palabra. 
     ¿Y madalenas Serebis? Vale, la verdad es que éstas tienen más la pinta típica de una madalena espanis, aunque yo no había visto esta marca en mi vida...
     Sin embargo, no había colacao... 

jueves, 11 de junio de 2015

FRANCHUTEANDO N/36: FRANGLISH

     La verdad es que ya llevo aquí mucho más que una semana. Aunque me propuse ir contando mi mes largo rodeada de yankies veinteañeros en la Republique, la verdad es que la mayoría de los días no encuentro el momento ni las ganas de hacerlo: unas veces porque estoy ocupada en cosas más interesantes como salir con mis compis, patear la ciudad, etc... y otras porque estoy con deberes, clases y cansancio cerebral. 
     En general estoy muy cansada, y además aquí, en esta cama de mierda tan poco confortable, no descanso bien y me levanto a medio gas. Tengo unas cinco horas de clase al día, hace bastante calor y mi cerebro lucha por traducir constantemente del francés y del inglés. Y es sobre todo esto último, lo que me tiene agotada. Arrastro cansancio físico de todo el año, de madrugar tupper en ristre día sí día también y pasar fuera de casa de diez a doce horas diarias. Además defendí la tesis de máster en octubre, lo que significa que apenas tuve vacaciones el verano pasado, y las que tuve, diez días en casa de la familia, no desconecté realmente del trabajo de la tesis que se me venía encima. 
     Aquí se supone que estoy en un plan semivacacional, es decir, que quitando las horas de clase, estoy sola a mi antojo... puedo tumbarme a la bartola, leer, pasear, irme de compras... whatever...(como dicen mis compis todo el rato) pero la realidad es que, a diferencia del 90% de ellos, yo ya no tengo veinte años y no aguanto los ritmos igual, además de que tengo que cumplir con algunas tareas que demanda el programa doctoral. 
     Pero lo peor (aunque también supongo que lo mejor....) está siendo, como decía, el tema de las lenguas. Yo he venido con una beca para un programa intensivo de francés, pero soy la única no estadounidense del grupo, a excepción de una chica china pero que estudia en una universidad norteamericana, lo que significa que en cada pausa entre clases, café, comida, cena, etc... ellos se ponen a hablar en yankie, con sus acentos de a tomar por cada uno y mi cerebro se desfasa... Estoy empezando a hacer frases en una especie de franglish... y a veces las palabras sólo me vienen a la mente en uno de los dos idiomas, aunque de hecho las conozca en ambas. 
     A menudo me siento como Charlie Brown oyendo hablar a su profesora... 
     Y no lo hago a propósito, todo lo contrario... yo trato de concentrarme y captar el sentido de lo que están diciendo para poder participar en la conversación pero.... mi cerebro, simplemente, se niega. Hay momentos en que cierra y sólo oigo wawawaaaa de fondo, sobre todo cuando se forman varias conversaciones en torno a una mesa o hay música de fondo. 

martes, 9 de junio de 2015

FRANCHUTEANDO 7/36: PARQUES

     Una de las pocas cosas (lo siento...hay que ser sinceros...jajajaj) que echo de menos de Alemania, son los parques que tenía cerca de casa y lo plano que era todo para pedalear. Aquellos meses anduve en bici más que en toda mi vida, también porque entonces era incapaz de coger un tren o un autobús para hacerme los 14 km que me separaban de Munich, pero eso es otra historia... Total, que aquí tengo algo un poco parecido, así que vuelvo a pedalear a gusto, es decir, sin cuestazas y con carril bici casi todo el tiempo. 
     Me encantan los parques, llevarme una manta y sentarme a leer, comer o simplemente descansar en el suelo, caminar descalza por la hierba y mirar los insectos que trepan por las hojas o sobrevuelan las flores. 
     No soporto a los grupos de parque ruidosos, especialmente a los típicos tontolabas que ponen música en abierto, como si los demás no tuviéramos nada mejor que hacer que aguantar su mal gusto (o bueno en caso de que lo fuera, cosa que nunca me ha ocurrido porque el buen gusto, el civismo y el respeto suelen ir ligados...), a los porretas de parque, que te ponen un pestazo que te chafan el pic nic, y a los dueños de perros que les dejan sueltos y te miran con una sonrisita mientras el chucho te olisquea y se mea en la rueda de tu bici... Noooo, no me pasó todo eso junto...sólo las dos primeras... y aún así estuve largo rato leyendo y observando sin más: el vacío... o el lleno de la vida, según se mire... 

lunes, 1 de junio de 2015

FRANCHUTEANDO 6/36: MANGEEEEERR

     Una de las cosas que me estresaban un poco al venir aquí era el tema de la comida, no porque en Francia se coma mal, que obviamente no, todo lo contrario, sino porque para comer bien también hay que pagar bien. Lo que quiero decir es que, en España, en mi opinión, es difícil comer mal, incluso si se tiene un presupuesto reducido, aunque desgraciadamente esto está cambiando a peor día tras día. En cualquier bar tienes un menú asequible y medianamente casero, unos buenos bocatas o simplemente unas tapas o unos pintxos que te quitan el hambre por unos pocos euros. En Francia no, aquí los menús son caros y escasos, y la materia prima deja muchísimo que desear incluso en restaurantes de tipo medio, te plantan lechuga iceberg, guisantes de bote o colín de alaska congelado como "pescado blanco" y se quedan tan campantes. Y en el súper la cosa no es mucho mejor, especialmente con respecto a productos frescos: la fruta es como un lujo para las clases altas:
    Para muestra un botón: sandías tamaño coco a seis euros la pieza...si mi abuelo levantara cabeza...¡¡que a diez duros la arroba le parecía un escándalo!!! La verdura fresca es más de los mismo y el pescado mejor no hablar... 
    Sin embargo, y aquí va mi tema de hoy, con los menús del restaurante universitario estoy gratamente sorprendida. No es que la comida sea excelente, de hecho es bastante batallera, abusa de congelados y de salsas y repite sobras de un día para otro sin pudor. Pero el menú cuesta 3,20... es abundante, incluye una miniensaladita y siempre tiene verdura. 
      Me fastidia que todos los yogures sean enteros y que la única fruta para elegir sean sieeeeeeeeeeeempre manzanas y plátanos. 
     También noto mucho un exceso de hidratos de carbono, pero claro... un menú de ese precio, pues se tiene que rellenar con algo barato...
     El pan también da mucha penita.. sobre todo en su cuna... ¡¡en la meca del pan!! y me da rabia tener que coger una barrita entera porque jamás llego a comerme ni media.
     A pesar de todo, como digo, estoy sorprendida muy gratamente, si en mi Facultad hubiera un comedor así, con esos precios y ese estilo de comida, no andaría todos los días con el tupper en ristre. Así que lo que me pregunto es... ¿Cómo es posible? ¿cómo es posible que en un país donde alimentarse es más caro, lo mismo la lista de la compra que la cuenta de un restaurante, el menú universitario cueste la mitad? En mi Facultad el menú, que suele ser un rancho sólo comestible por veinteañeros incapaces de freír un huevo, cuesta 6,90, más del doble de lo que me cuesta aquí, y no creo que ni cogiendo todos los extras que hay en el bufet llegara a los 6,90...pero un día de éstos voy a hacer la prueba. En mi facultad no he comido de menú jamás en los casi dos cursos que llevo, ni siquiera un bocata...lo máximo un pincho de tortilla por causa de fuerza mayor. Aquí no he comido en casa ni un sólo día desde que llegué... aunque también hay que decir que ni tengo tiempo de ir a comer, ni tengo dónde cocinar decentemente.