domingo, 26 de octubre de 2014

¿CÓMO NO PERDER EL TIEMPO?

     Lo sé, no es sólo mi lucha... es la de casi todos, pero hay personas que logran un aprovechamiento del tiempo que me asombra: casas limpias y ordenadas, trabajo al día, facturas, papeles y demás burocracias en orden, neveras llenas, platos caseros, sesiones deportivas y cinematográficas, paseos, compras, lecturas y cenas con amigos, y a algunos les queda tiempo para asistir a cursos, aprender idiomas, irse a la pelu y hacerse la manicura... ¡¿cómo lo hacen?! 
     Yo tengo el DNI caducado hace seis meses y ya se me ha pasado dos veces la cita para renovarlo, la montaña de ropa para planchar no baja hasta que empieza a adquirir dimensiones de cordillera, los visillos de mi cuarto de la antigua casa cuelgan en el baño dos palmos por debajo de la ventana desde que me mudé hace año y medio, no he terminado de restaurar las sillas Thonet que encontré el verano pasado ni unas de terraza que conseguí esta primavera, siempre tengo que ponerme a dieta, siempre tengo empezar a hacer ejercicio, siempre tengo que leer esto, eso y aquéllo, siempre tengo que pasar la aspiradora (¿pero de dónde salen esos rodillos de pelusa tipo peli del oeste que campan a sus anchas por las esquinas?), siempre tengo que poner o sacar el lavavajillas, acordarme de pagar el alquiler, llenar el depósito, recargar la tarjeta del tren... ¡¡y eso que no tengo hijos y que paso de limpiar los cristales!! (es que limpiar cristales en el país vasco es... cómo decir... ¿absurdo?). 
     Siempre tengo varias libretas (bonitas y feotas) para apuntar diferentes cosas:
     Además de post-its para lo urgente:
     Una pizarrita en la nevera y un planificador mensual-trimestral made in mí misma:
     Pero como no me vale con todo eso, este año me he comprado también un planificador semanal así un poco chuli para tener bien visibles las tareas más inmediatas... ya veremos si resulta... 
     Porque claro, muchas veces uno no llega a hacer algo porque lo olvida, o bien porque emplea demasiado tiempo en otras tareas y organizándose mejor llegaría a más, pero otras, simplemente, es que uno no alcanza... o está harto, o cansado, o aburrido o... ¡yo qué sé! Lo que está claro es que esto de las tareas y los objetivos es mucho más complicado que sencillamente apuntar lo que uno debe o quiere hacer, pero supongo que por algo hay que empezar... 

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