miércoles, 3 de julio de 2013

ÑOQUIS CASEROS

     Hace algunas semanas que probé los ñoquis por primera vez. Había oído hacía mucho sobre ellos, me sonaba cómo eran y de qué estaban hechos, pero no habíamos coincido en ninguna carta, mesa, supermercado o circunstancia vital. 
     No es que me parecieran espectaculares, pero en cuanto los probé pensé que no debía de ser nada difícil hacerlos en casa, y que quedarían muy resultones y serían muy socorridos con cualquier salsa. La cosa fue más o menos así:

     CH: ¿En serio nunca has comido ñoquis?
     Lu: No... creo que no...
     CH:Pues eso es que no has comido en mi casa mucho porque... siempre hay ñoquis, comemos millones de ñoquis, montañas de ñoquis, pilas de ñoquis... (típicas exageraciones de CH)
     Lu: ¿Ah sí..? ¿Y cómo se hacen? 
     CH: Súper fácil, igual que la pasta, pero se cuecen antes, en un minuto...¡menos! en medio minuto... nada... en dos segundos... (típicas exageraciónes de CH)
     Lu: ¿Pero de qué están hechos? ¿se hacen con patata, no?
     CH: Ehhhh... bueno... no sé, de patata creo sí... de... eroski... jajaja... yo es que los compro en paquetes, pero claro... tú seguro que te pones y los haces con la masa y todo eso... 
     Lu: Mmmmmm... sí... 

    Y hasta hoy...

     INGREDIENTES:
     - 3 patatas medianas
     - 1 huevo
     - harina
     - sal
     - pimienta
     - nuez moscada
     Primero cocemos las patatas, las dejamos enfriar, las pelamos y las pasamos por el pasapurés o las prensamos (aunque con el pasapurés siempre queda mejor, más homogéneo). Encima del puré cascamos un huevo, añadimos sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Mezclamos bien y vamos agregando harina. 
     La cantidad de harina no es exacta porque depende mucho de la humedad de la patata, pero es ir agregando poco a poco hasta que la masa no se pegue y quede homogénea. Debe poder trabajarse bien sobre la encimera, ligeramente enharinada, sin pegarse ni romperse. Es fácil, basta con un puñado de harina y enseguida se ve que tiene la consistencia necesaria. Es una masa muy gustosa, tipo a la de las pastas de té pero mucho más blandita. 
     Se van cogiendo trozos del tamaño de un puño y se estiran formando un cilindro que se corta en porciones de algo más de un centímetro. 
      Se aplastan con cuidado con un tenedor para hacerles las típicas acanaladuras de ñoqui. Hay un aparatejo para hacerlo en plan más profesional, pero a mí me mola que queden imperfectos, les da un rollo casero interesante...jeje. 
     Se enharinan un poquito para pasarlos de la encimera al plato o al recipiente que utilicemos (sin que se toquen unos a otros) y listos para la olla. 
     Con estas cantidades a mí me han salido dos platos hermosos, y como son bastante contundentes y sólo somos dos, uno ha ido a la olla y otro al congelador (veremos qué tal sobreviven al 26 bajo cero...)
     Cocerlos es muy sencillo, se van echando al agua hirviendo, y en cuanto suben a la superficie y se quedan flotando, significa que ya están hechos. Se van sacando con una espumadera y se sirven cuanto antes.
     Yo les he puesto una salsa casera de tomate con calabacín y albahaca fresca, y la verdad es que estaban bien buenos. Lástima que no tuviera nada de queso para rallar... 
Ñaaaaaam, ñaaaam, ñaaaaaaaaaaaaaaam... 

martes, 2 de julio de 2013

EL VIEJO Y EL MAR

    El otro día me leí este clásico, así, en una tarde, porque es cortito y porque es una maravilla. Una de mis hermanas llevaba años recomendándome su lectura, porque a ella le impactó cuando lo leyó a los 17 o 18 años. Yo lo tenía en casa, comprado no me acuerdo cuándo ni dónde, y por alguna razón, no había leído todavía. 
     Hay poco que yo pueda decir. Es fantástico: fantástico estéticamente y fantástico argumentalmente. Fantástico de principio a fin y palabra por palabra. 
     Por lo visto hay una película protagonizada por Anthony Quinn, que no he visto, pero que sin duda veré después de haber leído el libro.
     Ahora quiero ir a pescar, aunque sea chipirones o muxarras, porque no pienso más que en peces... 
      No sólo en enormes peces espada, en doradas, en marrajos o en peces voladores...
También en bonitos, en caballas, en rodaballos, en pulpos, en sardinas... y en meterlos a la cazuela...claro... 

lunes, 1 de julio de 2013

RESPETO A LOS DEMÁS

     Sí...eso que pocos conocen. Eso de lo que nadie se percata porque está demasiado concentrado en sí mismo. Eso que se pierde por momentos en nuestra sociedad si es que alguna vez se tuvo. Eso que, sobre todo los más jóvenes y los más viejos, se pasan tranquilamente por el forro..., los unos porque consideran que están en edad de disfrutar y los otros porque consideran que a quien hay que respetar es a sus canas. 
     Era lo que más temíamos desde que llegamos a esta casa no hace todavía dos meses. Y este fin de semana, ante nuestro estupor y desesperanza... ocurrió. 
     No tenemos vecinos arriba, ni a izquierda, ni a derecha, y ése es el motivo principal por el que elegimos esta casa. Sólo vive alguien debajo, realmente dos plantas por debajo de nosotros, y es la casera, primera interesada en que vivamos a gusto y tranquilos. 
     Pero claro, no estamos perdidos en medio de un monte (que ojalá nos lo hubiéramos podido permitir...), sino en una zona residencial con casas alrededor, y los vecinos , aunque distan unos metros de nosotros, tienen su jardín y su piscina, además de un hijo con las hormonas alteradas y las neuronas haciendo eco en su materia gris... Ya se intuye la cosa ¿no..?
     El niñato de turno invitó el viernes a su pandilla a tomar unos tragos en el porche, con su musicota ambientando a toda la urbanización, junto a sus voces, chillidos (¿por qué gritan tanto los adolescentes?) y grititos varios. Hasta la una de la madrugada estuvieron dando por saco, sin nadie que se quejara (al  menos que sepamos) ni que hiciera nada al respecto. 
     A la mañana siguiente su madre pidió disculpas, así que pensamos aliviados que había sido algo puntual, puesto que los padres no estaban allí para meterlos en vereda. Pero cuál no fue nuestra sorpresa cuando llegamos ayer a casa y nos encontramos con el mismo pastel, con el agravante de que era domingo víspera de laborable (aunque los sábados son laborables también para muchísima gente) y de que los padres estaban allí mismo, en el salón de la casa, tranquilamente repantingados en el sofá... 
     Obviamente, pasadas las once hubo toque de atención, que sólo sirvió para que quitaran la música y siguieran armándola parda, subiendo el tono de voz en proporción a lo que subía su nivel de alcohol en sangre... hasta pasadas las doce y media y con meada en la farola de despedida... 
     De verdad.... ¿qué pasa en la sociedad? ¿cómo es posible que dos adultos permitan que su hijo moleste a todo un vecindario con total alevosía sólo para que el niño pase un buen rato? 
     Yo de mayor quería ser como ZP... optimista antropológica de ésas... pero los hechos puros y duros y la experiencia que voy acumulando con los años, me alejan mucho de eso, muuuuuuuuucho... 
     Podría poner mil millones de ejemplos más que todos conocemos y padecemos a diario, desde las conversaciones de móvil a voz en grito en un vagón de tren o las musiquitas de las gameboys en un restaurante, hasta las avalanchas entrando sin dejar salir o los escupitajos a ras de tu zapato, por no hablar de los dichosos home cinemas reventando tabiques... pero supongo que es hacerse sangre para nada... 
     Mis padres, en un pueblecillo bastante perdido, tienen un vecino que, en cuanto llega el buen tiempo: ¡¡¡ saca los altavoces a la terraza!!! El notas se pasa el verano pinchando temazos para medio pueblo, y encima se sentirá súper orgulloso por el servicio prestado a la comunidad... porque al fin y al cabo...eso sí que es ser un vecino enrollado eh... 
     En serio me pregunto cómo hace esta gente para gestionar tan mal la neurona que les queda.... 
     Sólo espero... por favor, por favor, por favoooooooooooooooor, virgencita de la piedad y del socorro, que esto no se repita y termine en guerra vecinal, porque yo no tengo fuerzas ni ánimos para más guerras que la mía propia, pero mi terraza está encima de su jardín, y tanto la ley municipal como la ley de la gravedad... están de mi parte...