miércoles, 29 de mayo de 2013

MAYIEMBRE

     O sea... un mayo que es como un noviembre...
     A las 9:30 de la mañana desayunando a 16º C en la cocina. Saco el termómetro a la ventana y me da 9 graditos... Me subo la cremallera de la sudadera sobre el pijama de invierno y me acurruco en la silla agarrándome al café caliente. 
     Este mayiembre he descubierto que mi nuevo hogar es increíblemente luminoso, pues no tengo que dar la luz hasta bien entrada la noche a pesar de que me han rodeado nubes un día sí y otro también. He descubierto el poder de seducción que tiene una calefacción con sólo probarla unas horas, que funciona muy bien pero que tanto da porque come como un hijo. He descubierto que quizá sea cierto eso de que menos es más, porque me descoloca muchísimo tener cinco o seis ubicaciones posibles para un simple mueble zapatero...Yo..., acostumbrada a medir los huecos al milímetro y a peregrinar por las tiendas en busca de la pieza que justo, justo, justo, encajara dentro. He descubierto que las lámparas y las bombillas modernas valen un ojo de la cara, que una cortina de la que antes sacaba para tres ventanas (o sea, todas las que había en mi casa) ahora sólo me da para media y que encontrar una alfombra bonita a buen precio es como pretender que el Athletic gane la liga...
     También he asistido a la boda más lluviosa de mi historia, que es corta, pero de bodas sabe algo... 
     He cargado, armado, taladrado, atornillado, medido, limpiado...y lo que me queda... con algo punzante en la parte baja de mi espalda que deben de ser riñones...
     Mis sillas thonet siguen esperando su turno, mis libros aún están bajo el cartón y la mesa del balcón aún no hace juego con las sillas... A pesar de lo cual, también ha salido el sol a ratitos (vale sí, muy efímeros, pero menos da una piedra ¿no?):
cutrefoto del móvil 
     He vuelto a comer cosas normales cocinadas por mí y a comerlas sentada a una mesa (ya valía de pizzas, kebabs y pollos para llevar), y hasta he podido leer tomando café al resol. 
cutrefoto del móvil
     Pero por favor... ¡¡¡por favor, por favoooooooooooor!!!! que se vaya este mayiembre ya a tomar viento fresco y llegue un Junio... no pido ya que veraniego, pero por lo menos, por lo meeeeeeeeeeeeeeeeeenos primaveral... 

¡¡FELIZ MAYIEMBRE (lo que queda de él...)!!

jueves, 16 de mayo de 2013

MUDANZA QUE TE CRIÓ

     Hace unos días, una compañera de francés me dijo que había leído que el estrés provocado por una mudanza era equiparable al producido por la muerte de un ser querido. La verdad es que en ese momento me pareció una exageración, pero ahora mismo... no sé qué pensar...
     Nadie que no haya pasado por ello, sabe de lo que hablo, porque uno puede creer que se lo imagina pero, en este caso, la realidad supera con creces la ficción. No me refiero a irte de casa de tus padres , a cambiar de piso compartido o a irte a vivir con tu noviete o novieta, con tus enseres en cuatro cajas y tu ropa en un par de maletas... No. 
     A lo que yo me refiero, es a desmontar una casa al completo, a mover tus muebles a brazo (nada de empresas de mudanza que cobran frioleras de más de cuatro cifras...),  incluidos sofá, camas, colchones, cómodas, librerias... y a cargarlos en el furgón de un amigo para volver a subirlos con tus manitas escaleras arriba. Me refiero a llenar, transportar, vaciar y recolocar más de un centenar de cajas, y a hacer docenas de viajes con maletas llenas para vaciarlas en el nuevo hogar y regresar al viejo con ellas a repetir la operación... una vez y otra, y otra, y otra... 
     Yo llevo ya tres semanas en proceso de mudanza, y sólo cuatro días en mi nuevo hogar, casi me he acostumbrado a buscar entre las cajas lo que necesito en cada momento y estoy tan abrumada por las montañas de cosas que me rodean, que no sé por dónde empezar, porque el caos es tal, ahora que ya (por fiiiiiiiinnnnnnn) lo tengo todo aquí, que estoy como paralizada....
     Sé que no pueden decir otra cosa, y que lo hacen con toda la buena intención del mundo, pero me parto de la risa cuando la gente me suelta que "tranquila, con calma, que poco a poco..." me gustaría verles en mi lugar... a ver cuánta calma podrían albergar ellos... jejejeje... 
     En mi caso, al estrés por organizar la nueva casa, se suma la paliza de limpieza de la casa que dejo, cuyas llaves entregué ayer como si fueran una losa de doscientos kilos. Al vivir de alquiler, si no quieres perder la  fianza que depositaste, de la que van a intentar rascuñarte hasta el más mínimo céntimo, tienes que dejarlo todo como la mismísima patena y reparar cualquier pequeño desperfecto que puedan reclamarte... 
     Sólo diré que llevo un colocón de amoniaco y lejía que no sé por dónde ando... y que hasta dentro de un par de meses no creo que vuelva a sentir mis riñones... 
     Digo adiós a darme cabezazos contra  la viga, pero también a mi pequeño búnker refugio y a mis "vistas al mar"...
          A pesar de que el cambio es, sin duda, a mejor, siempre da un poco de penilla despedirte de un sitio que ha sido tu hogar, más teniendo en cuenta que hacerte al nuevo lleva, por lo menos... un mes... y que el gas (es decir... una ducha calentita en condiciones...) tardará aún cinco o seis días.... 
Se acabó la vida TETRIS... (al menos por el momento...)

¡¡¡AU REVOIR!!!

miércoles, 8 de mayo de 2013

PURGA

     Ayer, en cuanto tuve un ratito, me acerqué a la librería y me lo compré en papel (menos mal que estaba en bolsillo...). Me había leído ya la mitad en el ebook, así que me resultó rarísimo empezar un libro por el medio, con todas las páginas anteriores nuevecitas... 
     Para las dos de la madrugada me lo había terminado, a pesar de tener esta mañana examen de francés, porque total, aunque cerrara el libro no iba a parar de pensar en él... (no es que este libro sea increíble, que me parece muy bueno, es que esto me pasa casi siempre...)
     El libro es muy duro, muy, muy, muy... a pesar de que se disfruta mucho (al menos yo) de su lectura. El final es igual de duro que el libro en sí, ni feo ni bonito
     No te deja en absoluto indiferente. A mí, además de interesarme mucho todo lo relacionado con la Unión Soviética (e impactarme sobremanera cómo podía ser así la vida a unos kilómetros de mi casa cuando a mí me acababan de regalar la Chavel safari... ), me recordó enseguida a mis recientes charlas con mi amiga C sobre el tema principal que toca el libro. 
     Y hoy (yo es que voy siempre retrasada con las noticias), me entero de lo del rapto de tres chicas en Cleveland, encerradas durante una década por tres hombres treinta años mayores que ellas, a las que presuntamente han maltratado, violado y torturado en su propio barrio... a apenas unos metros de las casas donde vivían. 
    Se me pone la piel de gallina y no puedo evitar hacerme preguntas... muchas, muchas preguntas... 

martes, 7 de mayo de 2013

A LOS LIBROS NO SE LES ROMPEN LAS PANTALLAS...

     Yo era (y soy) muy reticente a los ebooks. No es que me parezcan mal, de hecho, estoy de acuerdo en que son un inventazo: no pesan en el bolso, caben montones de libros en la memoria... vamos, que es como llevar la estantería de tu salón en lo que ocupa una tableta de chocolate. 
     Pero claro... a los libros de verdad no se les rompen las pantallas... puedes tomar café encima, mancharlos mientras cocinas, dejarlos en cualquier sitio de cualquier manera, tirarlos al suelo desde la cama, a la toalla sobre la arena o al fondo del bolso precipitadamente antes de pasarte de parada. 
    A mí me regalaron un ebook en navidad, el INVES BOOK 601, con toda la intención práctica del mundo, porque saben que leo mucho y que sería un buen regalo. Y yo... voy a reconocerlo públicamente (ahhhhhjajajajajaja), lo intenté descambiar, porque si algo me abruma del mundo moderno (además de las cantidades ingentes de personas que hay por todas partes) es el hecho de que todo, todo, tooooooooooooodo, transcurra detrás de una pantalla. Pero el caso es que no pude devolverlo, ni cambiarlo por una tableta ni nada de nada, así que ya que tenía que quedármelo, obviamente, me resigné e intenté hacerme a él. 
     Lo primero que me decepcionó es que todos los archivos que no estuvieran en formato de libro electrónico, se leían fatal... saltos de línea, sangría defectuosa... un caos... Además tardaba muchísimo en pasar página o en ir de una página a otra bastante anterior o posterior. Tampoco se podían hacer anotaciones ni subrayados (porque no es táctil). Pero aún así, aproveché los trayectos de tren para leer la tesina que una amiga acababa de defender, y repasar algunos documentos propios con los ojos haciéndome chiribitas por el descontrol de párrafos. Hasta que la semana pasada, con todos mis libros metidos en cajas y mi casa medio desnuda (lo que me queda de ella hasta el finde), empecé a leer uno de los libros que me había cargado mi cuñado en la memoria. 
     Leí de dos tirones "Lo que sé de los hombrecillos" y ya medianamente reconciliada con el cacharrejo,  empecé con "Purga", al que tenía muchas ganas, cuando ayer a media noche y "a medio libro"... empiezo a ver letras entre lineas... como si se transparentaran las de la página siguiente. Creí que era yo, que llevaba demasiado tiempo leyendo y se me iban los ojos, porque eso, obviamente, no podía pasarle a en un libro que no tenía páginas de verdad... Avanzo, retrocedo, apago, enciendo... y: 
     Ni palante ni patrás... así se me ha quedao... en la página ciento y mucho y con una intriga que me va a sacar de casa esta tarde hasta la biblioteca o la librería, para hacerme con el libro de verdad y poder terminármelo cuanto antes, porque yo no puedo quedarme así... 
     No hay manera, parece que se ha roto la mitad superior de la pantalla, ignoro por qué y cómo, y por más que toquetee, sale esa especie de triángulo que se ha quedado en la página del libro que estaba leyendo (ahí... en la Estonia de 1949... ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh). Encima parece ser que las roturas de pantalla no están cubiertas por la garantía... lo que me parece absolutamente demencial... así que ya veremos qué puedo hacer con él. 
     Desde luego... me ha durado dos telediarios...o más bien... dos libros... bueno, ni siquiera, ¡¡¡que el segundo no me lo he podido terminaaaaaaaaaaaaaaaaar!! ¡¡¡¡Guuuuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaahhhh ahhhh ahhhh!!!!

¿ALGUIEN SABE SI TIENE ARREGLO? 



viernes, 3 de mayo de 2013

PERDIENDO EL PELO (Y LA CABEZA...)

     Sé que esta entrada no tiene mucho que ver con el contenido habitual del blog, pero la caída de cabello es algo que me ha traído tan de cabeza durante un tiempo, que me apetece contarlo, simplemente por si le puede ser de ayuda a alguien. 
     Lo primero que debo decir es que, después de análisis y pruebas y de que cada uno me dijera una cosa, el médico determinó que mi caída de pelo era de origen hormonal (un problema de tiroides) y que poca cosa podía hacerse para evitarla, porque no me iba medicar con bajo nivel de hipotiroidismo sólo porque estuviera perdiendo melena (que total, todavía tenía mucha....aaaaiiii...). Pero es que el pelo se me caía a manojos...y yo veía que, de no cortar aquéllo...me quedaba calva... 
     El médico me recetó paciencia y probar algún tratamiento farmacéutico (aunque me advirtió que podría ser dinero tirado), así que aquí va lo que A MÍ me funcionó y lo que no, por si a alguien le puede ser de ayuda. 
     Probé las pastillas anticaída de FURTERER, una caja con tratamiento para tres meses, que me costó cerca de 50E y que no me sirvió absolutamente para nada. Dinero tirado, tres meses perdidos, y manojos de pelo en las almohadas, el cepillo, el respaldo del sofá... uuffff... Tenía en casa una muestra para un mes de otras pastillas similares, las ANACAPS  de Ducray, con un bote pequeño de champú para completar el tratamiento. Es verdad que se recomendaban tres meses seguidos de uso, pero después de no ver mejora en un mes, decidí probar con OENOBIOL, cuyo tratamiento para tres meses era bastante más barato que los otros (25E el pack de tres) y a las dos o tres semanas ya empecé a notar una mejoría considerable. 

     Por supuesto, no todo se solucionó con pastillas, también cambié los productos capilares y empecé a utilizar ampollas. Antes de la debacle, solía utilizar champús de supermercado, así que primero me fui a la versión anti caída del que usaba a menudo, el FRUCTIS, y no noté diferencia alguna. Entonces robé el otro que había en la repisa del baño, el DERCOS de Vichy, que sí pareció ayudar un poco, pero que me dejaba el pelo muy fosco y no me gustaba. También he de decir que tengo el cuero cabelludo graso y no me vale cualquier champú. Fui entonces a una tienda de productos de peluquería y me recomendaron un champú fortificante junto con unas ampollas. Ambas cosas fueron mano de santo, y aunque me parecieron caras en ese momento, nada más lejos de la realidad. El champú, que sigo usando y me encanta, es el MATRIX de biolace, y la botella grande, que me dura más de medio año, cuesta alrededor de 20E, mucho más económico que los champús de supermercado, y ni color el resultado que da con el uso regular

     En cuanto a las ampollas, he de decir que las dos que he probado han funcionado muy bien, pero la diferencia de precio es considerable: mientras las ANASTIM de Ducray cuestan más de 30E cada caja de 8 frasquitos, las COMPLEXIDIL salen por unos 15E la caja de 10 ampollas. Eso sí, las anastim tienen cierrre de rosca y puede utilizarse un frasquito para dos veces, aunque no es recomendabe. Yo, personalmente, prefiero las complexidil, no engrasan nada, dejan una sensación refrescante y tienen un precio adecuado. 

     Durante más de un año, lo pasé francamente mal con el tema de la caída. Siempre tuve una buena melena, brillante y fuerte, aunque de pelo finito y cuero cabelludo graso, que me obliga a lavarlo mucho. Llegó un momento en que me daba miedo lavarme el pelo, y auténtico pánico pasarme el peine para desenredarlo. Aquella melena veinteañera, seamos realistas... no volverá, mucho de lo que perdí ya no lo recuperaré nunca, por hormonas, por edad o porque la vida es así... no lo sé. Pero gracias a todo esto que recomiendo, sí he recuperado mucho, ya no recojo manojos de pelo por todas partes y vuelvo a tenerlo fuerte y sano. Sigo utilizando el champú de biolace, que sale baratísimo a la larga y es maravilloso, me tomo las pastillas de oenobiol una vez al año, normalmente después del verano, y me doy una caja de ampollas de complexidil en otoño y otra en primavera. Puede parecer mucho...pero cuando te ves clarear el flequillo y te empiezas a dar demasiadas vueltas a la goma de la coleta... todo es poco. 
     Esto es lo que A MÍ me ha ido bien y me ha funcionado mejor, pero no quiero decir que los productos que a mi no me sirvieron, sean malos, puede que a otra persona le vayan de cine, es algo muy personal. Pero como yo lo pasé muy mal y me dejé bastante dinero por el camino, si puedo ahorrarle a alguien parte de esos desvelos, ya me sentiría contenta. 
     Otra de las recomendaciones que me hicieron, es no dejar nunca mucho rato el pelo húmedo enrollado en la toalla, porque es cuando más pesa y más fácilmente cae. Por eso es importante secarlo bien por las raíces y desenredarlo con suavidad. Si la melena es muy larga (lo que es mi caso), conviene darle un buen corte para eliminar peso, por ejemplo haciendo capas o cambiando directamente de peinado. 
     Como última recomendación, un acondicionador bifásico para desenredar con suavidad. Yo uso el EQUAVE de revlon que huele genial y deja mucho brillo.

     Y una mascarilla energizante un par de veces al mes, yo uso la de KINACTIF:
     Por supuesto, esta entrada NO ESTÁ PATROCINADA, ni los de matrix, ni los de oenobiol, ni los de complexidil, ni los de revlon, ni los de kin me han dado un duro o me han regalado nada, qué más quisiera yo... jajajaja... pero que si lo desean... ¡¡¡pueden mandarme sus productos tranquilamente!!!
     Espero que os sea de ayuda.

FELIZ VIERNES