lunes, 23 de septiembre de 2013

MERMELADA DE MORAS O... ME ESTOY PONIENDO MORADA

     Últimamente me estoy volviendo un poco loca con los productos de temporada... Estoy haciendo botes como nunca antes y, cuantos más hago, más quiero hacer... ahhjajajajaja... es como un vicio... 
     Pero lo que más emocionada me tiene son estas cosas...
     Estos regalos de la natulareza que, la mayoría de las veces, ni siquiera vemos... pero que están ahí, en el campo en lugar de en el súper, y cuyo precio a veces es alto en tiempo (porque a ver quién se levanta a las seis para subir a por setas y luego no ver ni una...) y a veces en otras cosas, como arañazos, picotazoss u ortigazos... pero nunca, nunca, nunca hay que pasar por caja, y a mí eso... ¡¡me encaaaaaaaaanta!!
    Hace tres semanas recogimos casi cuatro kilos de moras, y ayer pensábamos repetir la operación peeeero... las zarzas estaban vacías o las moras estropeadas, ¡¡menudo chasco me llevé!! Supongo que yo no soy la única loca recolectora y, además, ha estado haciendo demasiado frío por las noches estos días... así que creo que se acabaron las moras, a menos que el sol que promete hacer esta semana avive alguna zarza tardía que otra. 
     Aquí hice una mermelada fácil, rápida y baja en azúcar. Aunque también hago una totalmente sin azúcar, usando únicamente un gelificante para mermeladas o agar agar. 
     Por consejo de una amiga, probé a usar el azúcar gelificante de Dr. Oetcker, que por lo que he averiguado por internet, es una mezcla de pectina, fructosa y azúcar. Permite hacer mermeladas con la mitad de azúcar, aunque yo le he puesto aún menos y han salido requetericas. Yo usé ésta: 
     Pero acabo de encontrar que existe una versión todavía más ligera, la súper, que reduce tres veces la cantidad de azúcar. A ver si doy con ella.  

     El proceso es muy, muy simple: 
     1º Se lavan bien las moras, eliminando todos los rabitos, hojas y bichillos que se cuelan por ahí. 
      2º Se ponen en un cuenco o fuente grande, se rocían con zumo de limón y se cubren con la fruttina. 
     3º Mientras la fruta reposa, esterilizamos los botes y los tarros, hirviéndolos o con pastillas de esterilizar biberones o similar. 
     4º Volvamos la fruta en una cacerola grande y llevamos a ebullición hasta que rompa un hervor fuerte, que mantendremos unos cuatro o cinco minutos mientras removemos sin parar. 

     5º Retiramos del fuego y vamos llenando los tarros con cuidado de no quemarnos, hasta el borde de la rosca.  
     6º Cerramos con todas nuestras fuerzas y damos la vuelta a los tarros, para que el calor de la mermelada vaya sacando el oxígeno y se haga al vacío dentro. 
     Con tenerlos diez o quince minutos boca abajo se supone que es suficiente, pero yo prefiero dejarlos así hasta que se enfrían, para asegurarme de que el vacío es total. Lo malo es que luego se queda un hueco en el fondo del tarro y no hay quien baje la mermelada hasta que se abre y entra aire, y además queda "sucia" la tapadera. Son cosas de estética, y como yo no hago (de momento) tarros súper bonitos con trapito, cuerda y etiquetas curradas, prefiero curarme en salud... 

     CANTIDADES que yo utilicé:
     - 3,2kg de moras
     - 750g de Fruttina extra (un paquete y medio)
     - zumo de dos limones
     - 4 ramas de hierbabuena (se añaden a la cacerola y se retiran antes de embotar)
     Me salieron diez tarros de éstos y uno un poquito más grande, y esta tarde mismo me tengo que poner con estos tres kilos y medio robados también a la madre naturaleza, porque se maduran rapidísimo. 
     Y con los higos no me va a pasar como con las moras, no pienso dejar que se vacíen las higueras antes de volver a por más...jajajajajaja... y eso que no me gustan mucho, pero en mermelada son una delicia para acompañar patés, carnes o preparar pasteles más adelante. 
FELIZ SEMANA

jueves, 12 de septiembre de 2013

EMBOTAR BONITO DEL NORTE EN ACEITE DE OLIVA

     Hace unas semanas, cuando dije que, entre otros quehaceres veraniegos, estaba loca embotando bonito, Conchy me pidió que explicara el proceso, así que para algo que me piden en el blog...jajajajaja... no podía negarme y aquí va. 
     En realidad es algo muy sencillo, lo puede hacer cualquiera fácilmente, pero es aparatoso. Es decir, hay que tener espacio en la cocina, un buen perolo de 15 o 20 litros, y un pescadero majo que te limpie el bicho, lo haga rodajas y te separe la ventresca y la cabeza. Yo la cabeza la utilizo para caldo que luego empleo, sobre todo, en el marmitako (pondré la receta cuando pueda), pero también en fideuá o en arroces.      Y aquí van los pasos a seguir: 

     1º Comprar bonito a buen precio: no tiene sentido embotar bonito a 10 euros el kilo... yo lo emboto cuando baja de 6E/kg, que suele ser a final de temporada (agosto-septiembre), y normalmente llevando la pieza entera. Un bonito de 6-7kg ya es un bicho majillo para hacer unos cuantos tarros, comerse la ventresca asada y sacar dos botellas de caldo, y las rodajas que quedan son manejables y caben bien en la cazuela. 
     2º Esterilizar los botes y usar tapas nuevas: se pueden hervir en la cacerola grande donde luego haremos el baño maría, utilizando el mismo agua, aunque yo uso unas pastillas de oxígeno activo que me parecen muy cómodas para echar en el fregadero. También se deben esterilizar las tapas. 
     3º Hervir las rodajas de bonito: tal y como vienen de pescadería, con piel y espina, en agua con sal gorda (esto es un poco a ojo, yo lo prefiero sosito y salar al sacar del tarro si hace falta, pero suele ser una cucharada de sal por litro o litro y medio de agua). Está hecho cuando notamos que la espina comienza a despegarse de la carne. Es mejor dejarlo poco hecho que pasarlo y dejarlo seco, pero el tiempo dependerá mucho de el grosor de las rodajas, así que no puedo dar un tiempo exacto, pero suele ser cuestión de pocos minutos. 
     4º Limpiar el bonito: una vez hervido, sacamos las tajadas del agua y dejamos enfriar. Habrá cogido un color blanquecino y estará algo duro. Retiramos la piel y espinas con las manos y la ayuda de un cuchillo pequeño, también las partes oscuras, y hacemos trozos apropiados al tamaño de los tarros. 

     5º Rellenar los botes: echamos un dedo de aceite en el fondo de cada bote, vamos metiendo trozos de bonito, aprovechando el espacio pero sin apretarlos en exceso, para que el aceite entre bien y el bonito macere. Terminamos cubriendo con aceite sin llegar al borde del tarro, más o menos hasta donde empieza la rosca de la tapa (como medio centímetro) y cerramos con toda la fuerza que podamos. Es conveniente llenar sin prisa los botes y dejarlos reposar un poco para que el aceite entre bien por todos los huecos antes de cerrar, y rellenar un poco si ha bajado el nivel. 
     6º Hacer el vacío: en una cacerola grande llena de agua introduciremos los botes de modo que queden totalmente cubiertos. Debe haber, por lo menos, tres dedos de agua por encima de los botes. Para que no se golpeen al hervir y evitar roturas, es mejor colocar trapos o papel de periódico entre ellos, sobre todo si hacemos varias filas de tarros unos sobre otros. Deben hervir, con un hervor medio-bajo, alrededor de una hora, y si son más grandes hora y media. Aquí es mejor curarse en salud, aunque el bonito pueda llegar a resecarse un poco.
     7º Dejar enfriar y etiquetar: hay que poner siempre la fecha de envasado, para irlos consumiendo por orden y no dejar ninguno perdido al fondo de la despensa. 
    8º No impacientarse por abrirlos...: el momento óptimo de consumirlos será a los tres meses de haberlos hecho, si los abrimos antes, no daremos tiempo al bonito a coger bien el sabor del aceite y la textura suave que le da. 

     *PRECAUCIONES: con las conservas caseras hay que tener siempre muuuuuuucho cuidado, no porque sean caseras son súper sanas y súper seguras. Al abrirlas debe sonar el típico "cloc" del vacío y deben oler bien. Ante cualquier abultamiento de la tapa, olor raro, textura demasiado blanda o untuosa... a la más mínima duda: desechad el bote. Si está contaminado puede tener consecuencias para la salud , desde las simplemente incómodas, hasta otras muy graves.No vale la pena arriesgarse por una conserva... ¡¡¡ni siquiera de bonito del norte!!!

     Dentro de un par de meses os cuento qué tal han salido los de este año, llevo dos bonitos de 7kg y espero poder hacer un par más, esta vez en escabeche, que me encanta, y también contaré el proceso, con fotos, espero, un poco mejores que éstas. Animaos a hacerlo, que el bonito va a desaparecer de las pescaderías en pocas semanas , está a buen precio y es una maravilla abrir un tarro hecho por uno mismo, sin conservantes, sin colorantes y de una calidad que quita el hipo... Con los bonitos, atunes, caballas... y los aceites que tenemos en esta tierra... es una pena perder estas costumbres. 

FELIZ JUEVES

martes, 10 de septiembre de 2013

LA VUELTA AL COLE...

     Ayer volví a las aulas, y a partir de ahora las pisaré cada día, cada tarde. Me sentaré en uno de estos pupitres y me pondré las pilas de aquí al próximo Octubre. Trece meses de curro académico por delante, de curro del duro, del cansino... 
     No podré dedicar tanto tiempo a los fogones, al bricolage casero, a la lectura, al blog... aunque a veces ocurre que cuanto menos tiempo tenemos, mejor nos organizamos y más cosas nos da tiempo a hacer. 
     Hace bastante que no tengo un horario fijo, que no hago cada día un trayecto largo de transporte público, que no tengo una ocupación tan absorbente... así que sobre la marcha veré cómo me arreglo. 
     La sensación de volver a un campus es extraña. Aunque no es la Facultad en la que estudié, todas las Facultades de todas las universidades se parecen. Los grupos de estudiantes tumbados en el césped, charlando en las esquinas, comiendo en un tupper en alguna mesa... Me pareció como un dejavú, como estar viviendo algo por lo que ya había pasado y que no me tocaba vivir otra vez. Pero en cuanto subí a la última planta, a un aula pequeña, y me vi rodeada sólo por media docena de compañeros mucho más próximos a mi edad de lo que yo había esperado, la sensación cambió enseguida... 
     Ahora falta el contacto con los profesores, con las materias... ir haciendo rodaje para volver a coger la dinámica académica de hace diez años (bbbbffffffff...) y ver cómo encaja eso en mi vida de hoy, que ya no es la de una estudiante veinteañera... 
      Además tengo que rematar como es debido la temporada del bonito, seguir con mi recolecta de moras y mi mermeladeo, lanzarme a por higos y a por setas... volver a hacer algo de deporte, retomar las clases de francés... y lo que se vaya terciando.