viernes, 14 de junio de 2013

NI HABLAR DEL MÁS ALLÁ...

     Lo sé, puede parecer ridículo decir que te agobias por vivir en el doble de espacio que antes. O quizá es que de verdad es una afirmación ridícula... Pues vale, es ridículo, y por eso la gente me mira con cara de "eres ridícula" cuando les digo que después de un mes aún no me hago a los nuevos espacios. Lo cierto es que me está costando sudores hacer mi hogar en este sitio nuevo, diferente y extraño, a pesar de que todos los parámetros debieran empujarme drásticamente a lo contrario: luz a raudales, espacios amplios, cocina maravillosa, techos altos, puertas, ventanas y molduras blancas y preciosas, balcones... ¿qué más se puede pedir? 
     Hombre... siempre se puede pedir algo más... una tercera habitación, un baño moderno, una buena terraza (un jardín, ya puestos...) o un soterramiento de la carretera que me ameniza el salón... Pero no, no voy a pedir nada de momento, sólo tiempo para irme adaptando y que todo vaya quedando tan chuli como la mitad izquierda del salón que inauguré ayer con un cafelito, sentada por fin en mi chaise longe de las oportunidades del Ikea, rebajada y reteñida, que me ha quedado muuuuuuuy molona:
     Lo que no me explico de ninguna de las maneras es cómo leches puede faltarme taaaaaaaanto sitio en las estanterías si ahora tengo un módulo más que antes...
     Otro día hablaré de la escandalosa bajada de calidad de las billy, hoy voy a sentarme a contemplar mi obra y a disfrutar de mi recién estrenada conexión a internet hasta que se me quede el cuerpo en plan paciente de Freud. Mañana ya pensaré en el más allá... que sigue acartonao, amontonao y arrebujao...
     Y con la tontería ya es fin de semana... Junio y, casi casi, parece que hasta verano... (estoy por descorchar algo para celebrarlo y todo...)

¡¡FELIZ VIERNES!!

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