martes, 10 de diciembre de 2013

A OTRAS COSAS... MARIPOSAS...

       Vivita y coleando... pero la verdad es que ocupada, y feliz de que así sea. 
     Por supuesto... no he dejado de meterme en la cocina a diario, porque no sé vivir de otro modo, sin currarme mis comidas mientras me lo pueda permitir: 
     Sigo guardando fotos cuando me embarco en recetas nuevas o que puedan venir bien al blog, pero me las reservo para cuando me vuelvan la inspiración y la energía, que ahora mismo las tengo puestas en otras cosas... 
     Tampoco es que esté todo el día metida en el cuarto estudiando o chupando biblioteca cual ratón opositor (aquellos tiempos ya pasaron y no sé si casi prefiero que no vuelvan...). Y es que no sólo de saber y comer viven las merluzas hermenéuticas (jajajajajajajajajajaja...)... 
      Yo y mis cafés, como suelen decirme algunos..., siguen teniendo un lugar preeeeeeponderante, aunque ahora éstos sólo caen en días de lujo y la mayoría vienen en vaso de plástico directly from the fucking machine (puaj...):
     Pero lo cierto es que sí..., que ahora mismo mi vida puede resumirse muy bien en estas imágenes: 
     
Aunque como es bien sabido... SARNA CON GUSTO...¡¡¡NO PICA!!!

     P.D1: Intentaré actualizar antes de fin de año, aunque sólo sea por aquéllo de hacer una "wish list" (oooossssssshhhhea) y por terminar el reto de lecturas (que terminado está de sobra, pero las entradas sin hacer, y eso noooooo seee vale...) 
P.D2: lo siento por las cutrefotos de móvil, pero es que tampoco tengo tiempo de andar sacando fotos guays (llamémosles X) con la cámara. 

lunes, 23 de septiembre de 2013

MERMELADA DE MORAS O... ME ESTOY PONIENDO MORADA

     Últimamente me estoy volviendo un poco loca con los productos de temporada... Estoy haciendo botes como nunca antes y, cuantos más hago, más quiero hacer... ahhjajajajaja... es como un vicio... 
     Pero lo que más emocionada me tiene son estas cosas...
     Estos regalos de la natulareza que, la mayoría de las veces, ni siquiera vemos... pero que están ahí, en el campo en lugar de en el súper, y cuyo precio a veces es alto en tiempo (porque a ver quién se levanta a las seis para subir a por setas y luego no ver ni una...) y a veces en otras cosas, como arañazos, picotazoss u ortigazos... pero nunca, nunca, nunca hay que pasar por caja, y a mí eso... ¡¡me encaaaaaaaaanta!!
    Hace tres semanas recogimos casi cuatro kilos de moras, y ayer pensábamos repetir la operación peeeero... las zarzas estaban vacías o las moras estropeadas, ¡¡menudo chasco me llevé!! Supongo que yo no soy la única loca recolectora y, además, ha estado haciendo demasiado frío por las noches estos días... así que creo que se acabaron las moras, a menos que el sol que promete hacer esta semana avive alguna zarza tardía que otra. 
     Aquí hice una mermelada fácil, rápida y baja en azúcar. Aunque también hago una totalmente sin azúcar, usando únicamente un gelificante para mermeladas o agar agar. 
     Por consejo de una amiga, probé a usar el azúcar gelificante de Dr. Oetcker, que por lo que he averiguado por internet, es una mezcla de pectina, fructosa y azúcar. Permite hacer mermeladas con la mitad de azúcar, aunque yo le he puesto aún menos y han salido requetericas. Yo usé ésta: 
     Pero acabo de encontrar que existe una versión todavía más ligera, la súper, que reduce tres veces la cantidad de azúcar. A ver si doy con ella.  

     El proceso es muy, muy simple: 
     1º Se lavan bien las moras, eliminando todos los rabitos, hojas y bichillos que se cuelan por ahí. 
      2º Se ponen en un cuenco o fuente grande, se rocían con zumo de limón y se cubren con la fruttina. 
     3º Mientras la fruta reposa, esterilizamos los botes y los tarros, hirviéndolos o con pastillas de esterilizar biberones o similar. 
     4º Volvamos la fruta en una cacerola grande y llevamos a ebullición hasta que rompa un hervor fuerte, que mantendremos unos cuatro o cinco minutos mientras removemos sin parar. 

     5º Retiramos del fuego y vamos llenando los tarros con cuidado de no quemarnos, hasta el borde de la rosca.  
     6º Cerramos con todas nuestras fuerzas y damos la vuelta a los tarros, para que el calor de la mermelada vaya sacando el oxígeno y se haga al vacío dentro. 
     Con tenerlos diez o quince minutos boca abajo se supone que es suficiente, pero yo prefiero dejarlos así hasta que se enfrían, para asegurarme de que el vacío es total. Lo malo es que luego se queda un hueco en el fondo del tarro y no hay quien baje la mermelada hasta que se abre y entra aire, y además queda "sucia" la tapadera. Son cosas de estética, y como yo no hago (de momento) tarros súper bonitos con trapito, cuerda y etiquetas curradas, prefiero curarme en salud... 

     CANTIDADES que yo utilicé:
     - 3,2kg de moras
     - 750g de Fruttina extra (un paquete y medio)
     - zumo de dos limones
     - 4 ramas de hierbabuena (se añaden a la cacerola y se retiran antes de embotar)
     Me salieron diez tarros de éstos y uno un poquito más grande, y esta tarde mismo me tengo que poner con estos tres kilos y medio robados también a la madre naturaleza, porque se maduran rapidísimo. 
     Y con los higos no me va a pasar como con las moras, no pienso dejar que se vacíen las higueras antes de volver a por más...jajajajajaja... y eso que no me gustan mucho, pero en mermelada son una delicia para acompañar patés, carnes o preparar pasteles más adelante. 
FELIZ SEMANA

jueves, 12 de septiembre de 2013

EMBOTAR BONITO DEL NORTE EN ACEITE DE OLIVA

     Hace unas semanas, cuando dije que, entre otros quehaceres veraniegos, estaba loca embotando bonito, Conchy me pidió que explicara el proceso, así que para algo que me piden en el blog...jajajajaja... no podía negarme y aquí va. 
     En realidad es algo muy sencillo, lo puede hacer cualquiera fácilmente, pero es aparatoso. Es decir, hay que tener espacio en la cocina, un buen perolo de 15 o 20 litros, y un pescadero majo que te limpie el bicho, lo haga rodajas y te separe la ventresca y la cabeza. Yo la cabeza la utilizo para caldo que luego empleo, sobre todo, en el marmitako (pondré la receta cuando pueda), pero también en fideuá o en arroces.      Y aquí van los pasos a seguir: 

     1º Comprar bonito a buen precio: no tiene sentido embotar bonito a 10 euros el kilo... yo lo emboto cuando baja de 6E/kg, que suele ser a final de temporada (agosto-septiembre), y normalmente llevando la pieza entera. Un bonito de 6-7kg ya es un bicho majillo para hacer unos cuantos tarros, comerse la ventresca asada y sacar dos botellas de caldo, y las rodajas que quedan son manejables y caben bien en la cazuela. 
     2º Esterilizar los botes y usar tapas nuevas: se pueden hervir en la cacerola grande donde luego haremos el baño maría, utilizando el mismo agua, aunque yo uso unas pastillas de oxígeno activo que me parecen muy cómodas para echar en el fregadero. También se deben esterilizar las tapas. 
     3º Hervir las rodajas de bonito: tal y como vienen de pescadería, con piel y espina, en agua con sal gorda (esto es un poco a ojo, yo lo prefiero sosito y salar al sacar del tarro si hace falta, pero suele ser una cucharada de sal por litro o litro y medio de agua). Está hecho cuando notamos que la espina comienza a despegarse de la carne. Es mejor dejarlo poco hecho que pasarlo y dejarlo seco, pero el tiempo dependerá mucho de el grosor de las rodajas, así que no puedo dar un tiempo exacto, pero suele ser cuestión de pocos minutos. 
     4º Limpiar el bonito: una vez hervido, sacamos las tajadas del agua y dejamos enfriar. Habrá cogido un color blanquecino y estará algo duro. Retiramos la piel y espinas con las manos y la ayuda de un cuchillo pequeño, también las partes oscuras, y hacemos trozos apropiados al tamaño de los tarros. 

     5º Rellenar los botes: echamos un dedo de aceite en el fondo de cada bote, vamos metiendo trozos de bonito, aprovechando el espacio pero sin apretarlos en exceso, para que el aceite entre bien y el bonito macere. Terminamos cubriendo con aceite sin llegar al borde del tarro, más o menos hasta donde empieza la rosca de la tapa (como medio centímetro) y cerramos con toda la fuerza que podamos. Es conveniente llenar sin prisa los botes y dejarlos reposar un poco para que el aceite entre bien por todos los huecos antes de cerrar, y rellenar un poco si ha bajado el nivel. 
     6º Hacer el vacío: en una cacerola grande llena de agua introduciremos los botes de modo que queden totalmente cubiertos. Debe haber, por lo menos, tres dedos de agua por encima de los botes. Para que no se golpeen al hervir y evitar roturas, es mejor colocar trapos o papel de periódico entre ellos, sobre todo si hacemos varias filas de tarros unos sobre otros. Deben hervir, con un hervor medio-bajo, alrededor de una hora, y si son más grandes hora y media. Aquí es mejor curarse en salud, aunque el bonito pueda llegar a resecarse un poco.
     7º Dejar enfriar y etiquetar: hay que poner siempre la fecha de envasado, para irlos consumiendo por orden y no dejar ninguno perdido al fondo de la despensa. 
    8º No impacientarse por abrirlos...: el momento óptimo de consumirlos será a los tres meses de haberlos hecho, si los abrimos antes, no daremos tiempo al bonito a coger bien el sabor del aceite y la textura suave que le da. 

     *PRECAUCIONES: con las conservas caseras hay que tener siempre muuuuuuucho cuidado, no porque sean caseras son súper sanas y súper seguras. Al abrirlas debe sonar el típico "cloc" del vacío y deben oler bien. Ante cualquier abultamiento de la tapa, olor raro, textura demasiado blanda o untuosa... a la más mínima duda: desechad el bote. Si está contaminado puede tener consecuencias para la salud , desde las simplemente incómodas, hasta otras muy graves.No vale la pena arriesgarse por una conserva... ¡¡¡ni siquiera de bonito del norte!!!

     Dentro de un par de meses os cuento qué tal han salido los de este año, llevo dos bonitos de 7kg y espero poder hacer un par más, esta vez en escabeche, que me encanta, y también contaré el proceso, con fotos, espero, un poco mejores que éstas. Animaos a hacerlo, que el bonito va a desaparecer de las pescaderías en pocas semanas , está a buen precio y es una maravilla abrir un tarro hecho por uno mismo, sin conservantes, sin colorantes y de una calidad que quita el hipo... Con los bonitos, atunes, caballas... y los aceites que tenemos en esta tierra... es una pena perder estas costumbres. 

FELIZ JUEVES

martes, 10 de septiembre de 2013

LA VUELTA AL COLE...

     Ayer volví a las aulas, y a partir de ahora las pisaré cada día, cada tarde. Me sentaré en uno de estos pupitres y me pondré las pilas de aquí al próximo Octubre. Trece meses de curro académico por delante, de curro del duro, del cansino... 
     No podré dedicar tanto tiempo a los fogones, al bricolage casero, a la lectura, al blog... aunque a veces ocurre que cuanto menos tiempo tenemos, mejor nos organizamos y más cosas nos da tiempo a hacer. 
     Hace bastante que no tengo un horario fijo, que no hago cada día un trayecto largo de transporte público, que no tengo una ocupación tan absorbente... así que sobre la marcha veré cómo me arreglo. 
     La sensación de volver a un campus es extraña. Aunque no es la Facultad en la que estudié, todas las Facultades de todas las universidades se parecen. Los grupos de estudiantes tumbados en el césped, charlando en las esquinas, comiendo en un tupper en alguna mesa... Me pareció como un dejavú, como estar viviendo algo por lo que ya había pasado y que no me tocaba vivir otra vez. Pero en cuanto subí a la última planta, a un aula pequeña, y me vi rodeada sólo por media docena de compañeros mucho más próximos a mi edad de lo que yo había esperado, la sensación cambió enseguida... 
     Ahora falta el contacto con los profesores, con las materias... ir haciendo rodaje para volver a coger la dinámica académica de hace diez años (bbbbffffffff...) y ver cómo encaja eso en mi vida de hoy, que ya no es la de una estudiante veinteañera... 
      Además tengo que rematar como es debido la temporada del bonito, seguir con mi recolecta de moras y mi mermeladeo, lanzarme a por higos y a por setas... volver a hacer algo de deporte, retomar las clases de francés... y lo que se vaya terciando. 

viernes, 9 de agosto de 2013

¡¡¡¡VERANOOOOOO!!!!

     Ando muy, muy desconectada de la blogosfera... pero es que es verano... ¡qué le vamos a hacer!  el buen tiempo y los quehaceres veraniegos mandan. En mi caso no me parecía que hubieran sido muchos, más bien tenía la impresión de haber dejado pasar el mes de Julio sin mucha pena ni gloria, pero haciendo balance ahora... me parece que he hecho un montóóóóón de cosas...ajajajaja...
     Me he vuelto loca con el bonito... (y lo que me queda...) Como el verano pasado en Munich no pude ni olerlo, éste me estoy desquitando... jajajajaja... 
     Me va a terminar saliendo por las orejas, pero no me importa, me encanta el bonito, lo quiero, lo amo y lo adoro, y pienso cocinarlo y embotarlo hasta que no quede rastro de él en lonja alguna a lo largo y ancho del Cantábrico. 

     Pero también me he atrevido con alguna otra cosilla, como estas kokotxas de bacalao al club ranero, mi favorito. 
     He ido mucho a la playa (y lo que me queda...again), porque al igual que el pescado, el mar tampoco lo caté precisamente en Bayern... así que juré y perjuré que este verano me sacarían sangre con salitre en los análisis de septiembre...aaahhhjajajajajaja...
     Y con las temperaturas locas que hemos tenido algunos días, es que tampoco se podía estar en otro sitio. (De verdad que no truqué el termómetro... simplemente le dio el sol: IN-CRO-YA-BLE.)
     He estado con las manos en la masa, transformando este mueble platero que compré por 12E en un mercadillo:
     Aunque me ha dado mucha pena porque su color original era muy bonito, pero es que en mi cocina no pegaba nada. 
     También me he liado con las sillas de la discordia (entrada sobre el proceso próximamente)
     He confeccionado visillos y cosido cortinas...
     He encontrado más reliquias mercadilliles, como este espejo pintado con un cartel de Mucha que me requeteencaaaaaaaaaaaaaanta: 
      Por fin me he comprado mi pachira para el salón, y aún no la he regado porque me da miedinoooo...
      He hecho turismo al lado de casa, que es algo que me gusta porque se aleja bastante del concepto de turisteo y guirigueo que cada día detesto más.
      Y también he metido la pata hasta el zancarrón y me han salido de culo algunas cosas... natürlich...
     Pero la verdad es que viéndolo ahora, así en perspectiva, me parece que he hecho un montón de cosas y he aprovechado mucho esta primera mitad del verano, porque esto es solo una pequeña parte de todo lo que ha dado de sí, con picnics tropicales, paseos nocturnos, concursos de pintxos, catas de cervezas, cenas terraceras...
     Ahora dejo mi casa por unos días...y me voy a olvidarme de todo con amigos y familia, a pasar calor, a comer de más, a reirme, a echar escamas en la piel y a que me pongan horchata por vena...ahhhhhhjajajajaja... 

¡¡¡FELIZ AGOSTO A TODOS!!!

miércoles, 3 de julio de 2013

ÑOQUIS CASEROS

     Hace algunas semanas que probé los ñoquis por primera vez. Había oído hacía mucho sobre ellos, me sonaba cómo eran y de qué estaban hechos, pero no habíamos coincido en ninguna carta, mesa, supermercado o circunstancia vital. 
     No es que me parecieran espectaculares, pero en cuanto los probé pensé que no debía de ser nada difícil hacerlos en casa, y que quedarían muy resultones y serían muy socorridos con cualquier salsa. La cosa fue más o menos así:

     CH: ¿En serio nunca has comido ñoquis?
     Lu: No... creo que no...
     CH:Pues eso es que no has comido en mi casa mucho porque... siempre hay ñoquis, comemos millones de ñoquis, montañas de ñoquis, pilas de ñoquis... (típicas exageraciones de CH)
     Lu: ¿Ah sí..? ¿Y cómo se hacen? 
     CH: Súper fácil, igual que la pasta, pero se cuecen antes, en un minuto...¡menos! en medio minuto... nada... en dos segundos... (típicas exageraciónes de CH)
     Lu: ¿Pero de qué están hechos? ¿se hacen con patata, no?
     CH: Ehhhh... bueno... no sé, de patata creo sí... de... eroski... jajaja... yo es que los compro en paquetes, pero claro... tú seguro que te pones y los haces con la masa y todo eso... 
     Lu: Mmmmmm... sí... 

    Y hasta hoy...

     INGREDIENTES:
     - 3 patatas medianas
     - 1 huevo
     - harina
     - sal
     - pimienta
     - nuez moscada
     Primero cocemos las patatas, las dejamos enfriar, las pelamos y las pasamos por el pasapurés o las prensamos (aunque con el pasapurés siempre queda mejor, más homogéneo). Encima del puré cascamos un huevo, añadimos sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Mezclamos bien y vamos agregando harina. 
     La cantidad de harina no es exacta porque depende mucho de la humedad de la patata, pero es ir agregando poco a poco hasta que la masa no se pegue y quede homogénea. Debe poder trabajarse bien sobre la encimera, ligeramente enharinada, sin pegarse ni romperse. Es fácil, basta con un puñado de harina y enseguida se ve que tiene la consistencia necesaria. Es una masa muy gustosa, tipo a la de las pastas de té pero mucho más blandita. 
     Se van cogiendo trozos del tamaño de un puño y se estiran formando un cilindro que se corta en porciones de algo más de un centímetro. 
      Se aplastan con cuidado con un tenedor para hacerles las típicas acanaladuras de ñoqui. Hay un aparatejo para hacerlo en plan más profesional, pero a mí me mola que queden imperfectos, les da un rollo casero interesante...jeje. 
     Se enharinan un poquito para pasarlos de la encimera al plato o al recipiente que utilicemos (sin que se toquen unos a otros) y listos para la olla. 
     Con estas cantidades a mí me han salido dos platos hermosos, y como son bastante contundentes y sólo somos dos, uno ha ido a la olla y otro al congelador (veremos qué tal sobreviven al 26 bajo cero...)
     Cocerlos es muy sencillo, se van echando al agua hirviendo, y en cuanto suben a la superficie y se quedan flotando, significa que ya están hechos. Se van sacando con una espumadera y se sirven cuanto antes.
     Yo les he puesto una salsa casera de tomate con calabacín y albahaca fresca, y la verdad es que estaban bien buenos. Lástima que no tuviera nada de queso para rallar... 
Ñaaaaaam, ñaaaam, ñaaaaaaaaaaaaaaam... 

martes, 2 de julio de 2013

EL VIEJO Y EL MAR

    El otro día me leí este clásico, así, en una tarde, porque es cortito y porque es una maravilla. Una de mis hermanas llevaba años recomendándome su lectura, porque a ella le impactó cuando lo leyó a los 17 o 18 años. Yo lo tenía en casa, comprado no me acuerdo cuándo ni dónde, y por alguna razón, no había leído todavía. 
     Hay poco que yo pueda decir. Es fantástico: fantástico estéticamente y fantástico argumentalmente. Fantástico de principio a fin y palabra por palabra. 
     Por lo visto hay una película protagonizada por Anthony Quinn, que no he visto, pero que sin duda veré después de haber leído el libro.
     Ahora quiero ir a pescar, aunque sea chipirones o muxarras, porque no pienso más que en peces... 
      No sólo en enormes peces espada, en doradas, en marrajos o en peces voladores...
También en bonitos, en caballas, en rodaballos, en pulpos, en sardinas... y en meterlos a la cazuela...claro...