martes, 31 de julio de 2012

SOMMER, SUMMER, ÉTÉ, UDAN...¡¡VERANO!!

     Ya hablé aquí de lo que significa para mí el verano, pero si sigo deshilando la madeja, el sentido fluye y fluye del ovillo sin parar. El recuerdo del verano, la idea del verano, la vivencia del verano... siempre está ahí, marcando todo lo demás. Para mí la vida no se mide en años, meses o semanas, la vida se mide en cursos, que empiezan a final de Septiembre y acaban a final de Junio. Y lo que separa esos cursos es el verano, un lapso de tiempo casi atemporal, ajeno a la cuantificación y ajeno, en cierto modo, al devenir de la vida. 
     Es curioso cómo el recuerdo de algo pequeño puede ser inmensamente mayor que el suceso en sí. Es lo que pasa con el verano, y en el fondo, con todas las vivencias importantes, que lo son porque, de algún modo, quedan como colgando fuera del tiempo.
     Lo que más recuerdo del verano, y cuyo recuerdo me gusta más evocar, ocurrió por estas calles: 
 En un lugar de la Mancha... bajando en bicicleta con una bolsa de flases colgada del manillar.
Y también en la Sierra de Gredos, caminando sobre las rocas con las cangrejeras de goma: 
Hasta llegar a alguna poza para bañarnos, con agua muy fría, libélulas y arañas acuáticas. 
O dándonos un baño en las piscinas naturales, mientras los mayores hacían una paella de leña (que me imagino que ahora estará prohibidísimo). 
    Recuerdo mucho a mis abuelos y a mis primos. Recuerdo los cubos de rosquillas, los soldaditos haciendo paracaidismo desde las ventanas de la troje, las pelotas de tenis en el corral del tío Juan, los zánganos sobrevolando la colada del patio, las persianas verdes, el olor a pisto... 
     Recuerdo también los helados en el cámping, los arraclanes debajo de las rocas y los churros en la plaza de la cabra. 
     El olor a sandía fresca, a retama, a agua dulce y a tierra caliente... Hace mucho que mis veranos están alejados de eso, pero su recuerdo está conmigo aquí, a dos mil kilómetros muchos años después, fuera del espacio y del tiempo. 

¡¡FELIZ MARTES...DE VERANO!!

lunes, 30 de julio de 2012

AUGEN COMO TOMATEEEEEEEEEEENNNN

     Hace un par de semanas que tengo días horrorosos en los que me levanto con los ojos como dos  tomates y la nariz como un pimiento. Pero sobre todo, me pasa al acostarme. Empieza a faltarme el aire y me cuesta respirar, un asma repentino y fastidioso que solo se calma un poco volviendo a la postura erguida. Hace años que los gatos y el polvo empezaron a provocarme alergia, aunque de pequeña yo no la padecía mientras dos de mis hermanas lo pasaban fatal. 
     Después de la primera noche en vela sentada en el sofá con una infusión, repasé obsesivamente todas las esquinas de la casa con la aspiradora, retiré alfombras (!!qué invento del demonio¡¡), lavé cortinas, edredones, cojines... Pero nada, el picor de ojos y nariz y el asma nocturno seguían (siguen) conmigo. Me planteé que la culpa fuera de alguna especie de flor o planta con la que nunca antes hubiera estado en contacto, incluso que el culpable pudiera ser el gato del vecino, que casi no pisa por el jardín... hasta que el sábado, un autóctono me dio la clave que no encontraba...
     El otro día comentaba aquí lo bonitos que estaban los campos de cereal y lo agradable que resultaba pasear con la bici contemplando cómo el viento ondeaba las espigas.... ¡¡malditos cereales!! ¡¡maldito viento!! ¡¡y malditas espigas!! 
     Efectivamente, la cosecha del cereal suele hacerse en los meses de Julio y Agosto, y dependiendo de cómo se haya portado el cielo, puede alargarse hasta septiembre... ¡¡¡me mueroooooooo!!! Los días ventosos han sido los peores, y los lluviosos, si después no ha soplado aire, los más tranquilos para mis fosas nasales y mis pulmones. Al separar el grano con los rodillos de la cosechadora, se arroja al aire toda clase de morralla cereal, que gracias a la ayuda del viento tan fantástico que tenemos, entra libremente por mis ventanas, se deposita sobre mi parquet, mis colchas y mis sofás, y me hace la vida un poquito más fastidiosa... ¡¡¡¡aaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrrrggggggggggggg!!!!
     He probado con rodajas de pepino, con lavados de manzanilla y con cataplasmas de hinojo... pero lo único que calma el picor de mis ojos es rascármelos compulsivamente hasta arrancarme de cuajo las pestañas. Los tengo secos, me duelen, me pican... No sé qué más hacer, pero no puedo pasarme así las seis semanas que me quedan, y no veo más que campos y campos sin cosechar a mi alrededor, esperando para ser segados ante mis ojos... con total alevosía. 
     ¿He dicho ya que echo de menos mi playa..? La humedad en la brisa... el olor a salitre... 
En fin... 

QUE TENGÁIS BUEN COMIENZO DE SEMANA

domingo, 29 de julio de 2012

EMPANÁ...

Así es como me quedé ayer después de seis horas de pie en la cocina...tengo hasta agujetas...

     Nos pasamos tres pueblos con la comida y se nos olvidó en la nevera un balde inmenso de gazpacho. Las empanadas me salieron increíbles, siguiendo las indicaciones de Lechuza , aunque en su vídeo la masa parece más ligera y a mí me quedo bastante pesada, incluso después de fermentar. Creo que la próxima vez probaré con algo menos de harina. 
La de atún me quedó muy redondita.
Y la carne más tipo corazón. 

Treinta croquetas de setas, y otras tantas de pollo y de jamón. 
 Una tortilla la dejamos normal, y otra la rellenamos de queso y pimiento verde frito. 
La verdad es que es una maravilla cocinar con espacio, voy a echar de menos eso de esta cocina... 
     También pusimos cecina que habíamos traído envasada, y que triunfó sobremanera..., chorizo a la sidra, queso Idiazabal y una paella valenciana al horno, con un arroz parbolizado TERRIBLE, pero que gustó mucho... Ahí ya estaba tan reventada que no hice ni foto, y me arrepiento porque quedó genial. 
     De postre teníamos preparadas rosquillas de anís y sésamo del día anterior, y una especie de torrijas con pan alemán que no daban mucho el pego, pero que nadie lo percibió... 


La verdad es que nos pegamos una currada monumental, pero gustó mucho a todo el mundo, al menos lo bastante como para llevarse a casa buenas raciones en papel albal... incluso de paella... jajajajajajaj... 
      El resultado general fue muy bueno, la verdad que mejor que otras veces, pues no hubo incidentes con nada y salvo las torrijas, que bastante ricas estaban para llevar el pan que llevaban, todo salió como debía salir..: sehr lecker, sehr gut, sehr spanisch.... (dejando el pabellón bien alto.. ¡¡¡¡¡ahhhhhhhjajajajajaj!!!) 
     Aunque yo, más que con el resultado... me quedo con el proceso, con las risas, y con el buen rato que pasé con mi pinche, que va pillando ya mucho callo y me trabaja requetebieeeennn. 
     Hoy a descansaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrrrrr... 

¡¡QUE PASÉIS BUEN DOMINGO!!

viernes, 27 de julio de 2012

SARNA CON GUSTO...

Mañana tengo que dar de comer a quince rubiales.... y el único detalle bávaro será el menaje...

Ayer mismo empecé con los aprestos y  las pesquisas:

 Que me van a tener muchas horas rebozando en la cocina... 

Menos mal que esta mañana (¡en menos de 48 horas!) me ha llegado esta pequeña ayuda:

Me costó bastante decidirme a comprarla. La mía aún me daba muy buen servicio, pero estaba claro que no podía estar tres meses sin batidora, así que, o compraba una barata para salir del paso, o aprovechaba la coyuntura para comprar una buena y jubilar (regalar) la mía a mi regreso. Gastarme tres cifras en un cacharro de cocina (bueno, en cualquier cosa) no suele estar dentro de mis planes, y ya que me ponía, incluso sopesé lanzarme y comprar algo tipo robot: 
    Pero esto ya se me ponía en casi 200 euros y a ver luego dónde metía semejante trasto... Algún día, cuando tenga suficiente espacio y suficiente sangre fría... iré directamente a la Thermomix... ¡¡¡¡ahhhhhhjajajajajaja!!!!
     Además he tenido la suerte de que en la tienda no me aceptaron la tarjeta de crédito (en muchos sitios, y esto me pone ENFERMA y me parece discriminatorio, sólo aceptan tarjetas alemanas. Estuve a 0,5 centicabreos de decirle a la cajera que quería hablar con el encargado, pero respiré hondo y dejé la batidora en su sitio, después de los 20 minutos que estuve dando vueltas, comparando y decidiendo), con lo cual llegué a casa, investigué por Amazon y encontré la misma batidora 25E más barata... La pedí a las nueve o diez de la noche del miércoles, y me ha llegado esta mañana mientras desayunaba... en 36 horitas en la puerta de mi casa. Es en esos momentos cuando me doy cuenta de que internet es la leche...
     Mañana estaré maldiciendo a las croquetas, a las empanadas, a las tortillas y a los megalitros de gazpacho... y preguntándome quién me mandará a mí a meterme en estos berenjenales... pero ya se sabe que... sarna con gusto... 

¡¡FELIZ VIERNES!!

miércoles, 25 de julio de 2012

PALADARES INFANTILES Y LATAS DE TOMATE FRITO...


     Me ha encantado este artículo sobre la infantilización del paladar. No tenía ni idea de que esto tuviera que ver con la etapa de la lactancia, pero la verdad es que leerlo ha sido como ir confirmando y comprendiendo muchas de las cosas que veo a mi alrededor, no sólo en los demás, también en mí misma.  Recomiendo leer directamente el artículo porque está muy bien explicado y apoyado en ejemplos procedentes de distintas investigaciones, pero yo comentaré lo que más me ha llamado la atención, porque no tiene desperdicio. 

 "De primero macarrones, de segundo pizza y de postre helado. Ése es el menú que proponen los niños si les dejan elegir qué comer el último día de comedor escolar" 

     Y yo me atrevería a decir que también en un comedor de empresa. Muchas veces comentamos en casa el escasísimo éxito que tienen el pescado y la verdura entre los trabajadores. La mayoría de la gente elige siempre pastas, arroces o frituras de primero, y carne y patatas de segundo, y las natillas, arroz con leche y yogures, se acaban mucho antes que las piezas de fruta. Como esto les viene muy bien a los que gestionan los comedores, porque el presupuesto se dispara con la verdura y fruta fresca, el marisco y el pescado, todos contentos... salvo los que no quieren seguir comiendo como niños de seis años, que tienen que andar a la gresca constantemente, o unirse al club del tupper (que lo hay y, curiosamente, es 100% femenino...) 

"Hoy día observamos una infantilización de los paladares porque las personas han crecido sin familiarizarse con otros sabores y se han quedado con sus gustos originales, que es la afición a lo dulce"


     Recuerdo que hace ya bastantes años, quedamos un grupo de compañeros de la facultad para comer en casa de una amiga. Dos o tres se prestaron voluntarios a cocinar, y elegimos algo barato y que gustara a todo el mundo: espaguetis. Se preparó una salsa de tomate y se ofreció queso rallado al que quiso. Todos comimos con gusto, salvo una chica que pidió, por favor, una lata de tomate frito, porque la que habían preparado "no le gustaba". A mí, en ese momento, voy a sincerarme..., me dieron ganas de estamparle mi mano abierta en toda la cara, sentarla bien pegadita a la mesa, con el plato delante y la servilleta prendida del cuello, y castigarla sin postre si no se terminaba el plato de espaguetis con la salsa de tomate que, tan amablemente, habían cocinado dos compañeros. 
     Esto me ha pasado después con muchísimas más personas, ni siquiera en la etapa universitaria post-adolescente, sino ya de adultos bien entrados en años. Ir a cenar a un restaurante y que a alguien no le guste "nada" de la carta, personas que no comen "nada que tenga escamas" o "nada verde" ... incluso alguien me llegó a decir que prefería el pollo barato al de corral, porque este último tenía un sabor "un poco fuerte"... donde un poco fuerte quiere decir que tenía sabor, porque los pollos ésos blanquecinos que venden en el súper, ya les puedes echar de todo, que son insípidos hasta decir basta. Pero a eso es a lo que nos hemos acostumbrado, al macarrón con tomate frito de lata, a la paella con agua y medio cubito de caldo y al postre industrial.

 “La realidad es que ahora la gente, en general, no acepta sabores que se salen de la media, ha simplificado y homogeneizado sus comidas diarias y no es capaz de discriminar tanto como antes los sabores..."


     Viviendo en USA, una de las cosas que más me alucinaba, era que si preguntabas a cualquiera por su comida favorita, el 98% de la gente te respondía que hamburguesa... Yo a la hamburguesa ni siquiera la considero un plato, sino algo así como un bocadillo, pero no un plato-plato. Recuerdo que organicé una cena en navidad con pintxos y algunos platos típicos españoles, me recorrí 120 km para encontrar bacalao y preparar una tartaletas de piperrada. Lo primero que se acabó fueron unos minisándwiches que se me ocurrieron a útlima hora con la carne picada que me sobró del relleno de la empanada, a los que añadí una loncha tipo tranchete del único queso que tienen y comen, un chédar anaranjado que, para mi gusto, es como auténtico plástico: causaron furor. Al final de la noche, sólo dos personas (éramos 13 ó 14) habían probado las tartaletas de bacalao en piperrada: uno era brasileño, el otro, un norteamericano que me felicitó por la cena, afirmando que había comido mejor que en muchas bodas, y no es que yo estuviera muy sembrada aquél día en los fogones...
     No es que yo sea una sibarita con un paladar exquisito y refinadísimo, de hecho tengo la típica barrera psicológica con las vísceras y demás casquería (a pesar de que la lengua en salsa que hace mi suegra tiene una pintaza increíble), aborrezco las alubias, no me hacen demasiada gracia los garbanzos ni los guisantes y ando ahí, ahí con los chicharros. 
     Pero una cosa es que no te guste "algo", un plato concreto, un determinado ingrediente, sabor, un tipo de carne, como por ejemplo el hígado o el pato, algún pescado, como el de río, que mucha gente no lo tolera, o verduras como la col de bruselas, las acelgas, o incluso las alcachofas, que sí... que aunque me cueste creerlo, hay gente que no puede con ellas, y otra muy distinta que tu dieta se reduzca a pan, patatas, pizza, arroz y macarrones, lo cual me parece preocupante, y además está en la base de los problemas de sobrepeso y obesidad. 
     Mucha gente dice que no hace dieta porque no soporta pasar hambre: mentira. Haciendo dieta, y esto lo sabe todo el mundo, no se tiene por qué pasar hambre, lo que se pasan son ganas de comer lo que nos apetece, aquello a lo que tenemos acostumbrado a nuestro cuerpo y a nuestro cerebro, y es que hemos reducido tanto la variedad de nuestra alimentación y el tiempo que pasamos en la cocina, que fracasamos en las dietas porque todo lo que nos gusta está prohibido, pero no porque la dieta a la que nos tenemos que someter sea muy restringida, sino porque el restringido es nuestro paladar, que fuera de los hidratos de carbono, el azúcar y, quizá, la carne... poca cosa más tolera. Y para la vida sedentaria que llevamos la mayoría, arroces, patatas, panes, pastas, pizzas, bollos, bizcochos, galletas y un apetitoso etcétera, sobran del plato casi siempre. 


Los productos dulces y grasos –lo que se denomina caloría vacía– fueron una manera de socializar la alimentación, de conseguir que comer fuera barato, porque esos alimentos son mucho más asequibles que la verdura fresca; eso ha hecho que muchas personas de pocos recursos se hayan acostumbrado a comer esos productos básicos, infantilizados, que apetecen

     Así que la clave, como bien se dice en el artículo, está en educar al paladar a base de darle cosas nuevas. Yo creo que no se trata de obligarse con algo que uno aborrece, pero sí de plantearse que no es normal aborrecerlo casi todo, o rechazar grupos enteros de alimentos como el pescado o la verdura, así por sistema... 

     "...ahora se consiente más que no te guste y no lo comas, mientras que hace décadas si no te gustaba te insistían y acababas por comerlo e incluso terminaba por gustarte. (...)Esa insistencia es clave para rectificar –o educar– el paladar, porque nacemos predispuestos a aceptar muy pocos sabores."

     El artículo citado está en el enlace de arriba, fue publicado en Lavanguardia.com el 17 de Julio. Y las fotos es que me venían al pelo con el tema, son de nuestra cena india del lunes, con sobredosis de curry (el cordero era fuego, y para que lo diga yo es que realmente era FUEGO) y de cilantro fresco (demasiado para mi gusto). Me sorprendió muchísimo, pero muchísimo, aunque de eso no tengo foto, el jengibre troceado en una salsa de espinacas y queso. Estaba segura de haber pedido un plato vegetariano, pero no sabía qué eran esos trozos que me parecían pollo al 100%... por favor... ¿cómo se puede hacer eso con el jengibre? tenía textura de pollo y sabía pollo...lo juro... 


PANEM ET SALCHICHENSES

     Una de las cosas que más me gusta de Alemania es, sin duda, el pan, y eso que vivo en baguetteland, donde la conjunción perfecta de miga aireada, corteza crujiente y sabor a ¡¡pan!! se hace realidad en cualquier sitio que se llame boulangerie. No como en España, donde "cualquier sitio" se llama panadería, aunque prácticamente ninguno pueda presumir de serlo. Que la barra de pan en España se ha convertido en una auténtica bazofia, no es ninguna información nueva. En el 90% de los casos se trata de masa congelada y, encima, mal horneada, de miga inconsistente, insípida... un asco vamos, y eso que el precio de la barra, lejos de abaratarse, ha subido proporcionalmente a su escandalosa bajada de calidad. 
     Tristemente, aquí también me han dado pan congelado con alguna salchicha... En casi todos los puestos callejeros me han plantado un panecillo blanco, Semmel,  más malo que el demonio:


     Lo cual es una auténtica pena... teniendo la tradición panadera que tienen, con multitud de variedades de cereal, harinas, hogazas, barras, panecillos... 

Uno de mis favoritos es el de espelta, de miga densa y sabor fuerte, muy digestivo además. 
    La bollería y repostería no es tan buena, para mi gusto, como la francesa, pero me chifla todo lo que lleve semillas de amapola, Mohn, especialmente el Monhkuchen, que es un pastel de masa densa, y el Mohnschnecke, que es un rollito que parece una ensaimada (el de abajo en el centro). 

Una cosa que me choca mucho es que los precios en la charcutería y la carnicería estén siempre referidos a 100 gramos, en lugar de a un kilo. Desde luego la cuenta es sencilla, pero me hace pensar si, con todo lo que comen, van comprando de cien gramos en cien gramos... 


     Hablando del tema del pan, me he acordado de un artículo del Comidista que fue en su día muy polémico, donde se decía de España que era un país con un pan de calidad media infame, y de Bilbao que era una ciudad devastada por el mal pan. Por supuesto...no puedo estar más de acuerdo, y he de añadir que, lamentablemente, parece que esta peste panadera se extiende cada día más, allende nuestras fronteras. Cuando estuve en este país hace unos cinco años, no recuerdo haber comido mal pan en ningún momento, ahora tengo que ir con la bici a las panaderías de verdad, porque en la del súper (la de las fotos) es casi todo industrial (sobre todo la repostería). Otro día pongo fotos de la panadería buena (lo que pasa es que es pequeña y me da corte hacer fotos cuando voy). 

FELIZ MIÉRCOLES

martes, 24 de julio de 2012

SHAUN THE SHEEP

     Siempre me ha gustado la animación de plastilina (o similar). De pequeña flipaba con Postman Pat:

Pero sobre todo con Fireman Sam: 


     Entonces ni siquiera sabía cómo se llamaban, sólo que había que levantarse muy, muy pronto los sábados para poder verlas. Así que lo más que vi fueron capítulos sueltos. La trama me daba un poco igual, lo que en realidad me gustaba era ver los muñequitos, los movimientos y cómo estaban hechos los decorados o detalles como el agua de la manguera, la ropa, las piedras del muro de la casa...alucinaba con estas cosas. 
     Y algo parecido me pasa ahora con Shaun the sheep. Yo en casa no tengo tele, así que poca cosa veo... pero los findes en casa sues, desayunando en el sofá con el pijama de franela y la mantita, son mucho más guays viendo la oveja Shaun... Es prácticamente lo único que puedo ver en el canal autonómico, porque como no hablan, no importa que no me entere ni del nodo. 
     Son capítulos de 6 ó 7 minutos, muy divertidos, súper graciosos, con un detalle increíble en las expresiones de las ovejas, el granjero y el perro (bueno, de todos, porque los cerditos también están genial). Hay cosas cachondísimas, como que el granjero viene siempre con chunda-chunda en el coche o que el perro tiene un termo para beber café. 

     Del granjero me encanta cómo está hecho el jersey de ochos: 
 O que está tan cegato que no se le ven los ojos detrás de las gafas de culo de vaso... 
Las ovejas también son graciosas, sobre todo la pequeña, que lleva chupete: 
Y los cerdos...un puntazo: 
Pero mi favorito, sin lugar a dudas, es el perro... 


En fin, hay que verla para apreciar los detalles de la animación:



La canción de apertura también es muy molona:

Y yo pues... me he comprado este tarro de mostaza... 
Aunque aquí no es Shaun the Sheep, claro... sino Shaun das Schaf... 

¡¡FELIZ MARTES!!