lunes, 30 de julio de 2012

AUGEN COMO TOMATEEEEEEEEEEENNNN

     Hace un par de semanas que tengo días horrorosos en los que me levanto con los ojos como dos  tomates y la nariz como un pimiento. Pero sobre todo, me pasa al acostarme. Empieza a faltarme el aire y me cuesta respirar, un asma repentino y fastidioso que solo se calma un poco volviendo a la postura erguida. Hace años que los gatos y el polvo empezaron a provocarme alergia, aunque de pequeña yo no la padecía mientras dos de mis hermanas lo pasaban fatal. 
     Después de la primera noche en vela sentada en el sofá con una infusión, repasé obsesivamente todas las esquinas de la casa con la aspiradora, retiré alfombras (!!qué invento del demonio¡¡), lavé cortinas, edredones, cojines... Pero nada, el picor de ojos y nariz y el asma nocturno seguían (siguen) conmigo. Me planteé que la culpa fuera de alguna especie de flor o planta con la que nunca antes hubiera estado en contacto, incluso que el culpable pudiera ser el gato del vecino, que casi no pisa por el jardín... hasta que el sábado, un autóctono me dio la clave que no encontraba...
     El otro día comentaba aquí lo bonitos que estaban los campos de cereal y lo agradable que resultaba pasear con la bici contemplando cómo el viento ondeaba las espigas.... ¡¡malditos cereales!! ¡¡maldito viento!! ¡¡y malditas espigas!! 
     Efectivamente, la cosecha del cereal suele hacerse en los meses de Julio y Agosto, y dependiendo de cómo se haya portado el cielo, puede alargarse hasta septiembre... ¡¡¡me mueroooooooo!!! Los días ventosos han sido los peores, y los lluviosos, si después no ha soplado aire, los más tranquilos para mis fosas nasales y mis pulmones. Al separar el grano con los rodillos de la cosechadora, se arroja al aire toda clase de morralla cereal, que gracias a la ayuda del viento tan fantástico que tenemos, entra libremente por mis ventanas, se deposita sobre mi parquet, mis colchas y mis sofás, y me hace la vida un poquito más fastidiosa... ¡¡¡¡aaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrrrggggggggggggg!!!!
     He probado con rodajas de pepino, con lavados de manzanilla y con cataplasmas de hinojo... pero lo único que calma el picor de mis ojos es rascármelos compulsivamente hasta arrancarme de cuajo las pestañas. Los tengo secos, me duelen, me pican... No sé qué más hacer, pero no puedo pasarme así las seis semanas que me quedan, y no veo más que campos y campos sin cosechar a mi alrededor, esperando para ser segados ante mis ojos... con total alevosía. 
     ¿He dicho ya que echo de menos mi playa..? La humedad en la brisa... el olor a salitre... 
En fin... 

QUE TENGÁIS BUEN COMIENZO DE SEMANA

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